MVZ Marcela Briones
El parvovirus canino (CPV) causa enteritis parvoviral canina, la cual surgió por primera vez en 1978 como una causa importante de enteritis grave, a menudo fatal en perros.
La infección se adquiere por vía de transmisión fecal-oral. Las células más afectadas son el epitelio intestinal, el tejido linfoide y la médula ósea. En el tracto intestinal provoca necrosis epitelial, atrofia de las vellosidades y colapso del epitelio intestinal, pérdida de la capacidad de absorción y desarrollo de diarrea hemorrágica y vómitos.
Este síndrome clínico se observa con mayor frecuencia en cachorros después del destete y hasta los 6 meses de edad. Los signos principales pueden ser muy inespecíficos e incluyen anorexia, letargo y fiebre.
Los vómitos y la diarrea se desarrollan dentro de las primeras 12 a 24 horas. Los signos incluyen vómitos y una diarrea mucoide a hemorrágica con dolor abdominal marcado, el cual puede ser causado por gastroenteritis aguda o invaginación intestinal. Los cachorros también pueden desarrollar una linfopenia transitoria grave.
En esta temporada de calor podemos notar una alza en los casos presentados, por lo que es relevante conocer el proceso para tratar un paciente con parvovirus canino.
Las pruebas de diagnóstico definitivas incluyen la detección de CPV en las heces de los perros afectados mediante microscopía electrónica, aislamiento del virus, hemaglutinación fecal, aglutinación en látex, contrainmunoelectroforesis, inmunocromatografía y reacción en cadena de la polimerasa (PCR), serología y necropsia con histopatología.
Ningún tratamiento específico de agente ha demostrado ser eficaz, por lo tanto, el tratamiento sigue siendo sintomático y de apoyo. La supervivencia de los casos agudos de CPV depende en gran medida del tratamiento intensivo que se administre cuando el cachorro esté hospitalizado.
Para aminorar el número de casos, es nuestra responsabilidad como médicos veterinarios, comunicar la urgencia e importancia de dar un seguimiento a un esquema de vacunación y los cuidados que debe recibir una mascota.
REFERENCIA: The World Small Animal Veterinary Association, “Canine Parvovirus”, 2014.